Fútbol Callejero y el Fútbol Mixto: las ligas COED en los Estados Unidos.

ldefonso Apelanz (MS, MA, PHD/ABD) – Proyectar Nación – Revista con Efecto – 10 de Mayo de 2016.

Vinculando las temáticas:

La semana pasada esta columna apareció como el único medio que críticamente desarrollo un tema profundo en el fútbol femenino: la falta de equidad en la distribución de recursos desde la AFA así como la falta de respeto hacia las profesionales (aún cuando no reciban un sueldo), l@s hich@s, el cuerpo técnico y demás personas que forman parte de los equipos de fútbol femenino.

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En el fútbol normativo, la ausencia de un juez de línea no seria menor ni silenciado. Sin embargo, como demostramos desde esta columna, la invisibilidad de las mujeres en el futbol es tal que la ausencia del línea paso por alto y demuestra esa falta de equilibrio en los recursos recibidos por el futbol femenino y la falta de respeto señalada. También evidencia que las mujeres por motivos que son necesarios investigar, decidieron cuasi-voluntariamente hacer la vista gorda y seguir jugando. De ninguna forma pongo la responsabilidad en las jugadores sino en el cuerpo técnico, las autoridades de los clubes y la AFA que continúan forjando un proyecto de esta destinado a esclavizar el juego como una cosa amateur de escasas oportunidades deportivas, sociales, y económicas.

Estoy convencido que gran parte de esta problemática proviene de la falta de transformación social en las relaciones de genero, es decir de las relaciones entre los hombres y las mujeres. Desde esta perspectiva, los roles tradicionales que la sociedad construye para los hombres y las mujeres en función de los primeros continúan ejerciendo una gran influencia cultural, social, política y económica.

En el artículo publicado por el Diario La Marea[i], Ana Rosa Maza escribe que “La Nuestra Fútbol Femenino, como asociación civil, es el resultado de un proceso de toma de conciencia por el que se entiende el fútbol como un hecho político y como una herramienta de cambio. Un proceso físico pero también simbólico, liderado y protagonizado por mujeres que desde hace siete años batallan todos los días para hacer efectivo su derecho a jugar a fútbol” (2016, s/p). En este sentido, entendemos que la intervención social Fútbol Callejero (FC) genera la posibilidad de integrar en el fútbol ese espacio político y simbólico de representación de la mujer como protagonista del fútbol.

Es por eso que creo pertinente comentar la experiencia del fútbol “Coed” en los Estados Unidos como un acercamiento importante hacia espacios de equidad en el deporte. Hace ya un mes, presencia desde el banco un partido mixto o “coed” como se lo denomina en esta región del norte. El partido se juega, en este caso en particular, con 6 jugadores de campo de los cuales 2 deben ser mujeres. Mas allá de cómo se organicen en las substituciones, siempre debe haber 2 jugadoras en la cancha. Típicamente, los equipos llevan 10 jugadores en total por lo cual al menos 3 o 4 son mujeres. Para distinguir mi narrativa hablare del equipo Amarillo (A) y del equipo Naranaja (N). Se asume que las ligas Coed, divididas en al menos 3 niveles, dependiendo de la cantidad de equipos y otras variables, son ligas recreativas. Es decir, se juega para divertirse y el resultado debería no tenerse en cuenta. Sin embargo, como pasa en cualquier picado de barrio, todo es una risa hasta que uno va ganando.

El equipo N contaba con dos buenas jugadoras y un equipo decente de hombres. El equipo A amarillo tenia solo una jugadora habilidosa mientras que las otras dos, que alternaban su presencia, eran jugadoras promedios pero sin duda de menor capacidad de técnica en los dos equipos y géneros. Asimismo, los As poseían mejores individualidades de hombres pero el N contaba con una mejor integración de géneros y por ende de trabajo de equipo.

Desde lo físico:

Más allá de algunas diferencias físicas en los cuerpos, las mujeres ‘ponían’ de la misma forma que los hombres. Es más, me contaba una de las jugadoras que ella ha experimentado como a medida que muestra su calidad en el juego, los hombres la toman en serio y plantean una marca mas severa. Por otro lado, ella decía que jugar con hombres que no la conocían siempre era problemático porque directa o indirectamente los primeros minutos no la tocaba hasta que había un conceso implícito que podía recibir la pelota. Esto es muy interesante ya que habiendo jugado al fútbol en un sinnúmero de lugares y con amigos de todas las capacidades, sin duda que no todos jugaban bien o remotamente similar al juego de estas jugadoras y sin embargo, nadie hubiera dudado en pasar la pelota aún al más pata dura. Claro esta que, en la mayoría de los casos, los patas duras en el barrio o el colegio no siempre se acercaban a jugar.

Desde lo técnico:

Así nos adentramos en la parte técnica, la habilidad. Si las mujeres recibieran una pelota al mismo tiempo que los hombres y fueran consideradas desde la misma edad que los chicos, las diferencias técnicas no existirían. ¡Es más, no se si los hombres que nunca hayan jugado a la pelota podrían aprender con la rapidez y tenacidad con la que muchas mujeres han desarrollado su juego ya de grande! Jugar hábilmente es como hablar, se desarrolla temprano para tener un mejor dominio. Sin embargo, he visto muchos chicos que a pesar de los esfuerzos no se entienden con la redonda y mujeres que aprenden más que un hombre durante toda su vida.

El análisis:

¿Y entonces, donde esta la diferencia? A veces en lo físico, aunque ¿quien no se dio de duelos con un 2 o un 6 (soy de la guardia vieja) que era mas grande que uno? ¿Cuantas veces el pequeño Romario dejo en el camino centrales más morrudos que él? ¿Y la Pulga Messi? A pesar de su cuerpo, es el mejor jugador del mundo.

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En general no se pueden apreciar diferencias de genero entre el fútbol de las mujeres y de los hombres. A igual habilidad, la diferencia en los equipo radicó en la integración de ambos géneros para generar un juego profundo y de equipo. Casualmente, el equipo que menos integración parecía tener en términos de género, tendía a resolver con jugadas individuales que en varias ocasiones dejaron mal parado al equipo. Desde las jugadoras, se percibía una diferencia relacionada con la sensación de alegría que da jugar. Si bien es cierto que una vez que la pelota entra a rodar, las amistades se pierden porque todos queremos ganar, es posible ver como el trio Neymar, Suarez y Messi tienen esa sonrisa aún en las jugadas que muchas veces no salen pero que llevan un gran sentido de equipo y habilidad. Ese sentir, las jugadoras que no estaban tan integradas al equipo A como lo estaban las N, parecían no tenerlo demasiado producto de esa exclusión implícita y silenciosa: no te la paso porque sos mujer y no sabes jugar.

Esto deja en claro que ciertas protecciones como la Ley de Cupos en la política son necesarias para abrir y promover espacios como en el futbol es el caso del FC. La intervención de FC no solo abre espacios sino que opera como un agente de educación y cambio y desde esa concepción genera lo que Freire llama una “concientización” que surge desde el ámbito educativo hasta el fuero de lo político. A pesar de ser un juego recreativo, el juego mixto rompe con los esquemas y estereotípicos traídos desde el potrero (re)articulando la noción de potreros como una expresión de resistencia política que yo denomino (p/)otrer@s. Yo sostengo que esta conceptualización teórica del espacio mixto en el fútbol ya sea en la calle, ese espacio tradicional del antigua potrero, o en la cancha, delimitada por las formalidades del juego, es una manera productiva de conceptualizar las relaciones de genero en pos de desmantelar los roles normativos de géneros dentro y fuera de la cancha así como dentro y fuera de la casa.

En tal sentido, una de las jugadoras de “La Nuestra Fútbol Femenino” declaraba en el artículo que “La cancha es como una familia, todas viven cerca y nos contamos nuestras cosas. Cuando estás dentro se te olvida todo y te saca toda la bronca que traes. En la cancha te pones feliz y La Nuestra me cambió la vida”.

Desde este espacio que hemos abierto, Revista Con Efecto y esta columna de Género y Fútbol nos proponemos contribuir al proceso de legitimizar los espacios de las mujeres en el futbol argentino. Por lo tanto, la visibilidad de organizaciones como “La Nuestra Fútbol Femenino” o el “Movimiento Fútbol Callejero” deben ser constante dado que los medios corporativos masculinos, como claramente indicamos, no proveen dichos espacios y cuando lo hacen es meramente por cuestiones ajenas a la causa de las mujeres en el fútbol.

El fútbol mixto, la construcción teórica del concepto (p/)otrer@s, asi como el análisis de los medios sociales como ‘Fútbol Femenino Argentino’ en Facebook, serán parte de nuestra próxima nota, aquí en Revista Con Efecto #ConEfectoGénero o por Twitter

Una vez más los invito a debatir, ampliar, y/o aportar nuevas ideas/conceptos a lo que escribo con honestidad. Dejo así mis puertas abiertas para que este espacio invite a la reflexión, la colaboración y el debate. Quedo dispuesto a colaborar con mujeres y hombres para desarrollar esta temática con profundidad y respeto.

Hasta la próxima semana, que no sea nada, y a seguir pegando con efecto al ángulo, allá lejos donde tejen las arañas… Muchas Gracias.

[i] Maza, Rosa Ana. (Jul 8, 2015). “El fútbol como acto político y herramienta de cambio”. Diario La Marea, Sección Sociedad. http://www.lamarea.com/2015/07/08/el-futbol-como-acto-politico-y-herramienta-de-cambio/