Descolonizando Potrero, Fútbol y Patria: ‘Fútbol Femenino Argentina’ y su representación. (Parte II)

ldefonso Apelanz (MS, MA, PHD/ABD) – Proyectar Nación – Revista con Efecto – 24 de Mayo de 2016.

La semana pasada presente la primera parte de mi análisis sobre la representación mediática del Grupo de Facebook y espacio digital “Fútbol Femenino Argentina (FFA)”, como punto de partida para analizar al potrero y la patria.

Esta segunda entrega nos concentramos en algunos apuntes teóricos que serán parte del análisis del sitio desde lo iconología que utiliza de manera tal de (de)colonizar la normativa masculina del fútbol y la patria que lo fecunda.

Concepción teórica

Desde hace varios días que comenzamos a comunicarnos FFA y yo vía mensajes de texto en Facebook al respecto de la construcción de las imágenes que forman la presentación la mencionada fan page. Aunque la identidad del grupo se mantiene anónima, nuestras comunicaciones continúan haciendo que esa escritura del mensaje represente la voz del grupo. Esto es, un grupo de mujeres relacionadas con el futbol, en su mayoría desde el ámbito del juego, y que utilizan esta plataforma para poder expresar su descontento con el tratamiento que recibe el futbol femenino en la Argentina. Estas futbolistas por medio del “Face” representan a muchas jugadoras de nuestro futbol cuya participación es objetada directa o indirectamente pero que le siguen “poniendo el cuerpo”[1] en la cancha.

La intención de esta nota/ensayo es (re)producir conocimiento futbolístico desde los márgenes –las márgenes– lo que Mginolo (2011) denomina “desobediencia epistémica” porque desafía las nociones normativas de producción del conocimiento provistas por los hombres y (re)canaliza la produccion de conocimiento –en este caso deportivo– asumiendo que las mujeres son sujetos que proveen una nueva forma de epistemología: es decir, las mujeres pueden, y de hecho lo hacen, producir conocimiento futbolístico que no debiera cuestionarse en torno a su sexo/genero sino en merito del contenido que introducen al campo futbolístico.

Desmantelando significado y representación.

“Fue algo nuestro […] nunca más la cambiamos, nos representa. Pegamos al pelota, pintamos una foto para que la sombra seamos todas y dentras nuestra bandera… fue un lindo momento de creacion, nunca la cambiamos, somos nosotros”

1) Foto de Portada

La bandera de Oficial de Guerra: la bandera Argentina con el sol en el medio de la banda blanca es la bandera oficial de la Nación Argentina así como también la bandera de guerra que utilizan los diferentes sectores de la fuerzas armadas. Desde esa perspectiva, esta bandera es el símbolo patrio más alto y representativo de nuestro país.  En nuestras interacciones con el grupo, me enteré que inicialmente ese dato de representación no se había tenido en cuenta pero esta conocimiento les dio aun mas fuerza para no querer cambiarla de bandera nunca. Lo interesante de esta bandera es que en tiempos de guerra, la misma aparece como representación militar y territorial dando ideas de pertenencia y soberanía nacional.

Así es que el diseño de FFA no solo hace uso de nuestro máximo emblema, sino que lo (re)apropia y (re)configura la idea de nación y fútbol incorporando en ese imaginario normativamente considerado masculino –nación, milicia, fútbol– haciendo de esta nueva configuración una construcción que se opone al mensaje androcéntrico y postula la incorporación de la mujer como parte del mismo, como centro de este, como eje provocador de conocimiento del fútbol. De tal forma que, primero, la representación desafía la ideología histórica nacional del hombre como eje de lo Argentino. Segundo, esta ideología se trabaja desde el aparato del estado –civil o militar– el cual también queda fracturado como consecuencia de lo primero. Sobre estos dos puntos interrelacionados me detengo para recordar la historia nefasta de las represiones de estado mantenidas por gobiernos militares, la violencia y las desapariciones emanadas, articuladas y ejecutadas por hombres contra hombres y pero también contra mujeres cuyos cuerpos eran torturados y violados sexualmente. Desde esta áspera y profunda realidad histórica, podemos aseverar que el silencio de una mujer ante una situación de riesgo, de violencia, es indicativo de una opresión del cual el hombre, y el aparato estatal que lo ampara, es responsable absoluto. Cuando la normativa del futbol silencia a la mujer en el futbol por su condición de mujer, el aparato estatal que lo habilita constituye una forma de violencia de genero. Si un grupo de seres humanos tiene miedo de hablar por las posibles represiones a sus cuerpos futbolísticos, esto también constituye una forma de violencia estatal. Más aún, si es la AFA la responsable de dichas practicas que se niegan en la superficie y se practican en las sombras.

AFA Institution Web

Por último, la simbología desafía la autoridad establecida históricamente en el fútbol, es decir, la AFA. La AFA como institución patriarcal secundada por el estado, se constituye como la usina de un fútbol sin genero o con genero normativo: el fútbol (masculino) es el institucional, el otro, los otros, están subordinados a este, incluido el fútbol femenino.

La simbología da cuenta de una actitud hacia el cambio y que pone a la mujer no como víctima pasiva, sino como luchadora ante una realidad injusta. La bandera nacional, apoya en su diseño, envuelve en sus colores a una mujer que aparece como sombra haciendo “un taquito”. Pero esta sombra no es mas que la representación de todas las jugadoras que todos los días patean una pelota en alguna parte de nuestra patria. ¿Podemos hablar de una nación que apoye a las mujeres? ¿Podemos hablar de un país que imagina una composición futbolística mixta? ¿Puede el futbol generar un espacio compartido, respeto mutuo? La representación indica, al menos, la posibilidad de una nación que incluye en donde las mujeres que juegan al futbol son parte también del patrimonio e identidad del futbol nacional.

‘Tacos’ y las prácticas del lujo en el fútbol: ¿Hay algo mas emocionante que un gol de taquito? En los potreros, o hacíamos los goles de taco o nos tirábamos en el piso para gatear y ponerla de cabeza al gol. El buen futbol es sinónimo de tacos y gambetas. La gambeta es lo criollo, es lo que aprendemos en el potrero y que luego se acaba con la comercialización del fútbol. La producción futbolística debería medirse en tacos, gambetas, caños y goles. Y esto me lleva a dos temas puntuales: por un lado, esta la producción del jugador en su conocimiento táctico y su habilidad con la pelota; por otro lado, esta la producción de conocimiento generada sobre el fútbol que deviene de afuera de la cancha. En ambos casos, la cancha de juego y el juego masculino determinan el nivel de validez de lo que uno sabe. Si jugaste, quien te quita lo bailado, si comentas y te escuchan, que importa si sos un pata dura. Esto a la mujer no le sucede. Como indique en mi articulo sobre el futbol COED en los Estados Unidos, la mujer debe probar(nos) –a los hombres– que puede jugar bien y hacer todo eso que aun muchos de nosotros, los hombres, igual no podemos hacer (Maradona hay uno solo). Sin embargo, la mujer esta obligada a jugar mejor que Diego y aún así, no esta validada. Esto conlleva a que sus comentarios futbolísticos sean siempre puestos a una evaluación extra, innecesaria. Cualquier hombre dice cualquier ‘verdura’ sobre futbol y nadie lo manda a lavar los platos o a aprender a patear penales. Sin embargo, más de unos cuantos hombres apenas si pueden meterlo con el arco vacío.

Es por esto que una mujer haciendo un taquito es importante y necesario como eje representativo para indicar que la mujer no solo juega, sino que puede darte lecciones de fútbol. Sino, mira este video de youtube https://www.youtube.com/watch?v=99YAGPoQatk y aprende de Marta.

2) La Foto del Perfil

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Esta foto es simultáneamente un taco alto hecho botín o un botín con un tapón alto. La irónica fotocomposición implica lo híbrido de las mujeres en el fútbol desde el punto de vista de lo normativo. La hibridismo de la identidad masculina y la femenina, confeccionada esta ultima desde lo masculino, queda calibrada desde la metamorfosis de un taco que no es botín o de un botín que no es tacón.

¿Las mujeres en el futbol son menos mujeres? ¿Los hombres son menos hombres porque las mujeres juegan al fútbol? ¿Qué conforma que una actividad sea masculina y otra femenina? ¿Hay rasgos marcados de lo masculino/femenino? ¿Lo masculino/femenino, es perpetuo, inflexible, encasillado? ¿Puede el fútbol perder sus dotes masculinos porque hay mujeres en la cancha? ¿Qué identidad/es articula o (re)articula el fútbol femenino? ¿Qué pasa con el futbol y con la sociedad toda, cuando en el campo de juego se incluyen tod@s? ¿De que manera nuestra sociedad legitimi o no al otro, a la mujer, a la comunidad gay/lesbiana/transgenera, a los que cruzan fronteras o andan entre los andamios de los grises?  ¿Puede el deporte impartir mi identidad o soy yo el que la define? Más aún, ¿que significa ser padre o madre? Soy menos o mas hombre si cocino, plancho y cambio los pañales de mi hijo? Y mi esposa es menos mujer si levanta pesas o va a trabajar?

El periodismo social, el que practico yo, que soy un transgresor de los limites que implica ser escritor, periodista, investigador, o lo que sea que esto fuera. Mi entendimiento de mi función es generar una grado de reflexionar que nos lleve a preguntar mucho y confirmar poco. El futbol como actividad relacional genera fracturas a las normatividades porque al futbol se lo enclaustrado en ciertos parámetros que estamos, de a poco, rompiendo.

Aprender fútbol, hacer fútbol, compartir fútbol es estar en relación con otr@s mediante el fútbol. Es por eso que la simbología que representa el taco en su doble entrada –fútbol/botín– nos pone al centro de un debate sobre lo masculino y lo femenino como si tales conceptos pudieran definirse clara y legítimamente. Esta representación expone a los roles de genero como construidos socialmente mediante la familia, la escuela, los potreros modernos, y que impone nuestra forma de pensar las cosas como naturales: así ha sido, así es, así será. La realidad nos demuestra que las identidades son mucho más complicadas que poner la ‘x’ en cuadradito varón/mujer de la rigidez dogmática heterosexual masculina. El futbol es un sitio de identidades fluctuantes donde el taco y los botines son ‘crossdressers’: un lugar de ambivalencia, un sitio de resistencia y transformación, una franja fronteriza de identidades indefinidas (Anzaldúa, 1987).

Entre tacos y gambetas

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En el corazón de la invención criolla del fútbol argentino, esta la expresión tacos y gambetas que articula la identidad nacional del fútbol nuestro. Pero en la misma se construye una forma sexista de ver al fútbol: las gambas y los tacos (altos). La ideología sexista en la producción futbolística de conocimiento y de aquellos que pueden producirlo se basa en las piernas, las gambas: en definitiva, en el cuerpo. El estadio fecundado por la cancha de fútbol encierra y representa al hombre. Las mujeres no son bienvenidas, a menos que sea silenciosas acompañantes (Garcia, 2014; Rodrigue, 2005). Simultáneamente la pierna de la mujer es un sitio heterosexual masculino para el goce y delirio del hombre y por lo tanto se construye esta imagen dentro del espacio del deseo, de lo privado (García 2014, Gentile & Balanovsk, 2013; Rodriguez, 2005; Menjivar Ochoa 2014). Esta forma del deseo, creo, se debe problematizar porque implica nombrar al otr@ desde un espacio de poder normativo. Por lo pronto, yo sostengo que desmantelar esta ideología sexista en el fútbol, podría dar lugar a un incremento a los espacios de integración de la mujer en los cuales se acepte, reconozca y legitime su conocimiento sobre el futbol en particular y/o sobre otros asuntos en general. Es decir, reconfigurar los tacos y las gambetas para recorrer un camino hacia la reducción de las desigualdades de genero.

Conclusiones:

Creo que es imperativo hablar de cómo la noción de la desobediencia epistémica, como herramienta teórica de la futbología puede contribuir a reconocer y reparar las desigualdades de género y convalidar dichas desigualdades como sitios de exclusión que promueven la violencia de género. Las consecuencias de esta revolución futbolística podrían (re)crear espacios y oportunidades para generar conocimiento desde diferentes plataformas y orígenes. En tal sentido, es importante destacar que la mujer, como categoría social no es única ni homogénea. De ahí que hablemos de diferentes plataformas y/u orígenes. La experiencia de cada mujer en el fútbol es inédita y si bien comparte similares experiencias con otras, cada una nos acerca una verdad y realidad distinta que debe ser escuchada y tenida en cuenta.

¿Podermos imaginarnos un futbol que apoye los talentos de tod@s? ¿Podemos imaginarnos un espacio futbolístico de cooperación, (re)creación y dialogo entre los diferentes géneros, los seres humanos? ¿Podemos imaginarnos espacios sociales sin jerarquías de poder? ¿Podemos creer en aprender del otr@ sin cuestionarlo? Si creciéramos dentro de una cultura que validara a la mujer, cuantas otras Martas hubiéramos tenido?

Yo me lo imagino, me imagino un futbol mas sano donde las posibilidades de las chicas no se coarten por desigualdades de género construidas por nosotros.

Los dejo con estas reflexiones a ustedes, mis querid@s lectores y les recuerdo que este es también su espacio para que entre tod@s construyamos un fútbol más sano.

L@s dejo hasta nuestro próximo encuentro, aquí en Revista Con Efecto #ConEfectoGénero. Me pueden seguir por Twitter @iapelanz.

Como es costumbre, l@s invito a debatir, ampliar, y/o aportar nuevas ideas/conceptos a lo que escribo con honestidad. Dejo así mis puertas abiertas para que este espacio invite a la reflexión, la colaboración y el debate. Quedo dispuesto a colaborar con mujeres y hombres para desarrollar esta temática con profundidad y respeto.

Hasta la próxima semana, que no sea nada, y a seguir pegándole con efecto al ángulo, allá lejos donde tejen las arañas… Muchas Gracias.

Bibliografía:

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[1] Expresión utilizada por Bárbara Sutton para indicar como el cuerpo de la mujer es sitio de representación y resistencia.