¿Qué se sabe de la muerte de Alexei Navalny, el político ruso opositor a Putin?

Lic. Agostina Salman

Según la versión oficial, el pasado viernes 16 de febrero de 2024, Alexei Navalny dio un breve paseo en la colonia penal de Siberia, en la que estaba preso. Dijo que se sentía mal, se desplomó y nunca recuperó el conocimiento.

El mayor opositor ruso de Vladimir Putin tenía 47 años. Su estado se había deteriorado durante los 3 años que pasó en prisión, donde se quejó de que se le había negado tratamiento médico y había pasado casi 300 días en régimen de aislamiento.

En el momento de su arresto, en enero de 2021, había pasado meses recuperándose de un ataque, producto del famoso agente nervioso.

Fue el gobierno de Alemania, en marzo de 2018, que anunció haber encontrado rastros de un  agente nervioso Novichok en Alexei Navalny, habiendo sido atendido en un hospital de Berlín por envenenamiento.

Aquel año, Navalny comenzó a sentirse mal durante un vuelo que tuvo que aterrizar de emergencia en la ciudad siberiana de Omsk, y su equipo inmediatamente dijo sospechar que había sido envenenado por orden del gobierno.

Y el aparente uso de Novichok, que también fue empleado en un ataque contra el ex espía ruso Sergei Skripal, no hizo más que acrecentar las sospechas. En su momento, el uso de Novichok contra Skripal provocó una crisis diplomática entre Reino Unido y Rusia que derivó en sanciones a Moscú.

Alemania condenó este ataque y le pidió a Rusia que dé explicaciones, pero no pasó mucho más. Poco tiempo después, el mundo estaría consternado con la ocupación ilegítima a Ucrania y la posterior -y actual- guerra.

Aun así, Alexei Navalny parecía estar relativamente bien de humor y de salud en un video judicial filmado un día antes de su muerte.

La opinión internacional desde ya que no coincide con el relato de Rusia sobre lo que le sucedió en IK-3, conocida como «Lobo Polar», una de las prisiones más septentrionales y más duras de Rusia.

En diciembre lo habían trasladado a esta famosa cárcel ártica, miles de kilómetros al noreste de Moscú.

El pasado sábado, la portavoz del equipo del activista, Kira Yarmysh, indicó que funcionarios rusos habían dicho que el cuerpo de Navalny no será entregado a su familia hasta que se complete la autopsia.

Yarmysh señaló que la familia no sabe dónde está guardado su cuerpo. Su madre y su abogado acudieron a la morgue, en una remota ciudad del Ártico, donde les dijeron que estaba, pero la encontraron cerrada.

La vocera también dijo que a otro abogado de Navalny le habían dicho que una autopsia inicial no era concluyente y que los resultados de un segundo examen se publicarían la próxima semana.

«Sabemos con seguridad que no fue solo una muerte, fue un asesinato”, indicó Yarmysh. «Están tratando de tapar los rastros, por eso no entregan el cuerpo a su familia y por eso simplemente lo esconden».

Otro aliado del líder opositor dijo que a su madre y a su abogado les habían dicho en la colonia penal que la causa de la muerte fue el «síndrome de muerte súbita».

Al menos 231 personas, en 21 ciudades en Rusia, han sido detenidas en actos celebrados en memoria del activista, informó la organización de derechos humanos OVD-Info.

El sábado, la policía de Moscú detuvo a 15 personas que hacían fila para dejar flores en un monumento por las víctimas de la represión soviética.

El ministro de Asuntos Exteriores francés, Stéphane Séjourné, dijo que Navalny «pagó con su vida» por su «resistencia a la opresión rusa», y añadió que su muerte era un recordatorio de la intrínseca realidad del régimen de Vladimir Putin.

El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que en Rusia «los espíritus libres son enviados al Gulag y condenados a muerte», mientras que su par estadounidense, Joe Biden, dijo que «Putin es responsable de la muerte de Navalny».

La madre de Navalny, Lyudmila, dijo en una publicación de Facebook citada por el periódico Novaya Gazeta que su hijo estaba «vivo, sano y feliz» cuando lo vio por última vez el 12 de febrero. «Realmente no podemos creer lo que ocurre con Putin y su gobierno», dijo Yulia, su esposa.

La agencia de noticias rusa Interfax informó que los médicos pasaron media hora intentando resucitarlo. Según las autoridades penitenciarias, los médicos estuvieron con él en 2 minutos y una ambulancia estuvo disponible en 6 minutos.

La cadena estatal RT, prohibida en muchos países occidentales, planteó la posibilidad de que un coágulo de sangre lo matara. Dmitry Peskov, portavoz de Putin, dijo que «los médicos deben resolver esto de alguna manera».

Cualquier sugerencia de que el Kremlin es responsable de la muerte de Alexei Navalny es «completamente inaceptable», afirmó Peskov, según informó otra agencia de noticias rusa, Tass.

El portavoz dijo que la reacción de los líderes occidentales ante la muerte de Navalny fue «histérica». Peskov, también dijo que el servicio penitenciario ruso estaba haciendo «todos los controles» sobre la muerte de Navalny, pero que no tenía más información al respecto.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, declaró en Telegram que los resultados del análisis forense de la causa de la muerte de Navalny no estaban disponibles todavía.

Por su parte, el presidente del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin, culpó a Occidente por la muerte del crítico del Kremlin. «Todos ellos, sus nombres son bien conocidos, desde el secretario general de la OTAN y los dirigentes estadounidenses hasta (Olaf) Scholz, (Rishi) Sunak y (Volodymyr) Zelensky son culpables de la muerte de Navalny», dijo el político en su canal de Telegram.

Al menos hasta las 10 pm hora local (17:00 GMT) no se había realizado ninguna autopsia. Ya fuera un lento deterioro, una catástrofe repentina o un solo incidente que lo mató, Navalny era consciente de que lo querían muerto.

En diciembre de 2020, acusó a agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB, por su sigla en ruso) de envenenarlo. Laboratorios europeos confirmarían más tarde que se encontró en su cuerpo Novichok, el agente nervioso de fabricación rusa que también se utilizó para envenenar a Serguéi y Yulia Skripal en Reino Unido.

Mapa de la Guerra en Ucrania Euronews

El agente Konstantin Kudryavtsev dijo que si el avión no hubiera realizado un aterrizaje de emergencia, habría muerto. Navalny regresó a Rusia en enero de 2021 y fue arrestado instantáneamente.

En los meses que siguieron al encarcelamiento de Navalny, acusado de «extremismo» y «corrupción», sus aliados y abogados emitieron varias advertencias de que su estado de salud estaba empeorando, que estaba gravemente enfermo o que se desconocía su paradero.

Se quejó de fuertes dolores de espalda, fiebre y entumecimiento en las piernas. Habló de la falta de sueño debido a los «controles» cada hora de los guardias que le iluminaban los ojos con antorchas y aún no había superado los graves efectos del ataque con Novichok.

En su última aparición pública desde prisión, el 10 de enero, Navalny bromeó diciendo que todavía no había recibido ningún correo de Navidad debido a que estaba «bastante lejos».

Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, describió el viernes la muerte de Navalny como una «terrible tragedia» y el último ejemplo de la «larga y sórdida historia del gobierno ruso de hacer daño a sus oponentes». «Esto plantea preguntas reales y obvias sobre lo que pasó aquí», continuó.

Su muerte, cualquiera que sea la causa, se produjo mientras estaba preso bajo el cuidado del Estado. La Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, dijo estar consternada por la muerte y añadió que debería ser investigada por un organismo independiente.

«Si alguien muere bajo custodia del Estado», añade el comunicado, «la presunción es que el Estado es responsable». “Esta responsabilidad solo puede ser refutada mediante una investigación imparcial, exhaustiva y transparente realizada por un organismo independiente», estableció el organismo.

La muerte de Navalny le quita a los opositores de Putin una alternativa reconocida internacionalmente, y constituye quizás la mayor advertencia para quienes intenten ir contra el Kremlin.

Mientras tanto, en el contexto de la guerra en Ucrania, Vladimir Putin advirtió que para Rusia es una cuestión de vida o muerte. El presidente ruso señaló que para Occidente se trata de otro asunto, vinculado a su posicionamiento estratégico, mientras que para los rusos “es su propio destino”.

El presidente ruso hizo estas declaraciones en una entrevista para la cadena de radiotelevisión estatal rusa, de la que posteriormente se han hecho eco las principales agencias internacionales. Putin señaló que intentó explicar este asunto en su reciente y comentada entrevista con el periodista estadounidense Tucker Carlson, puesto que era importante que tanto el público ruso como el extranjero comprendieran “lo sensible que es para Rusia todo lo que sucede en dirección ucraniana”.