Doscientas naciones, un planeta. Foto: Marcela Fernández
¿POR QUÉ RESURGE EL NACIONALISMO?
Lic. Javier Carrizo
Proyectar Nación
El nuevo año trae cambios casi inverosímiles un tiempo atrás, el 20 de enero de 2017 asumió Donald Trump la presidencia en Washington[1]; tan solo un día después se reunieron en Coblenza los partidos ultra nacionalistas europeos[2], que tienen importantes posibilidades de seguir creciendo en representación en las próximas elecciones; y durante la misma semana Theresa May exponía los detalles de la ruptura del Reino Unido con Bruselas[3]. ¿Retorna el nacionalismo porque representa una evolución en el sistema político y económico; o porque los líderes de las democracias liberales y cosmopolitas no estuvieron a la altura de las circunstancias?.
Difícilmente el resurgimiento de los nacionalismos se explique precisamente por la sagacidad de los líderes que representan estos movimientos, es difícil encontrar manifestaciones y discursos tan infantiles en representantes de otros movimientos políticos, sin embargo, si los demás líderes no fueron capaces de otorgar a sus ciudadanos lo que ellos esperan, se abre la posibilidad para estos “superhéroes de un pueblo que sufre”.
La falta de control político sobre un capitalismo cada vez más injusto es probablemente una importante causa del nuevo sentimiento nacionalista. De acuerdo al más reciente informe de Oxfam «Una economía al servicio del 1%» [4], tan solo ocho personas tienen la misma riqueza que la mitad de la población del planeta. Esta enorme desigualdad no fue provocada casualmente por nacionalismos extremos, sino precisamente por democracias liberales, cosmopolitas y popperianas.
A esta altura de las circunstancias parece haber bastante evidencia de quienes fueron y son los beneficiados con este sistema. A las grandes corporaciones poco les importa si sus extraordinarias ganancias las hacen en Detroit, Guangzhou o Hanover; pero si les importa que esas ganancias sean lo más grandes posible. Donde haya más beneficios fiscales, donde se pague menos a sus empleados, donde menos requerimientos medio ambientales existan entre otras “ventajas”; ese será el lugar ideal para establecerse y garantizar esa ganancia minimizando los costos.
Si las corporaciones se llevan cada vez una porción más grande de la torta y trabajadores del tercer mundo aceptan las migajas que reciben, porque probablemente antes no tenían ni eso, y todo con la venia de funcionarios “beneficiados” política o económicamente; entonces… ¿quiénes son perdedores en este juego?, hay muchos, pero seguramente están incluidas las clases medias de los países más desarrollados y algunos en desarrollo.
Como consecuencia, florecen como grandes salvadores los nacionalistas, quienes se encargan de fanatizar a sus seguidores con discursos populistas; entonces, será un sirio que escapando de las bombas de Alepo y que casi se ahoga cruzando el Mediterráneo; o un joven hondureño que recolectaba bananas prácticamente esclavizado y que a duras penas cruzó el desierto de Arizona; los responsables de la pérdida de trabajo decente para la clase media del país de destino, …y lo curioso, es que parte de la clase media acepta ese discurso, cuando en realidad los que eran sus potenciales ingresos terminaron comprando un jarrón de una mansión en Manhattan o un nuevo tapiz que se exhibe sobre la pared de un coqueto penthouse en Mónaco, mientras sus dueños siguen incrementando sus riquezas aprovechando un sistema tan injusto como ideal para sus intereses.
Los pueblos quieren soluciones a sus bolsillos, si es de la mano de la integración bienvenida sea; pero si no existen lideres capaces de encontrar soluciones integración mediante, entonces los pueblos las buscarán en los nacionalismos y sus proteccionismos, aunque estos presenten matices, según la idiosincrasia de sus sociedades.
¿Por qué fallan los políticos que defienden la democracia liberal y la política de integración?. Porque no se tomaron decisiones contundentes para garantizar la libertad pero con equidad. ¿Cómo se justifica la lucha contra una ya insostenible desigualdad si se acepta la existencia de paraísos fiscales?[5]. ¿Cómo se pretende una integración global real si la ONU es un organismo prácticamente protocolar que no puede imponer una sola política a nivel mundial?.
Las democracias liberales fallaron porque las libertades se aplican solo para las corporaciones y estas no se traducen en beneficios concretos para sus ciudadanos. Sin dudas la integración es necesaria para poder establecer reglas que trasciendan las fronteras y que permitan controlar la desigualdad extrema que el sistema produce. No se trata de limitar el comercio, cerrar fronteras o cercenar libertades, sino de controlar un sistema que genera injusticias sociales.
¿Qué sucede en la Región?
Si los líderes de las potencias en las democracias liberales y cosmopolitas presentaron falencias, en nuestra región no llegan ni siquiera a eso. Resultado de sociedades poco educadas y poco comprometidas con su comunidad, nuestros líderes son una mezcla de incapacidad y corrupción con algunas opciones rescatables, que son generalmente invisibilizadas ante la posibilidad de trascendencia, práctica compartida por todo el espectro político local sin distinción ideológica.
En términos de política macro económica, las posturas se alternan casi siempre de la misma manera, por periodos se cierran fronteras y se emite moneda local con escaso control, justificando que el consumo interno es la salvación a un mundo malvado, mientras que la inflación se transforma en la enemiga cotidiana y la economía se encierra hasta asfixiarse; y en otros periodos se abre la economía y se emite deuda sin control beneficiando a capitales extranjeros y locales que aprovechan tasas elevadas, lo que concluye en el estrangulamiento de la finanzas publicas cuando, también el mismo mundo malvado, no se ve tan proclive a seguir prestando. Esas parecen ser las versiones locales de nacionalismo y liberalismo, por supuesto y como la mayoría de lo que hacemos por acá, versiones cortoplacistas y sin grandes propuestas para un desarrollo económico real y sostenible.
Por otro lado, nuestra región es probablemente la más fácil de integrar en todo el mundo, por razones culturales e históricas; tan solo por nombrar una: casi la totalidad de la población de América del Sur habla solo dos idiomas que además son lenguas prácticamente inteligibles, y sin embargo, solo fuimos capaces de crear una ya casi olvidada Unasur, junto con algunos acuerdos aduaneros como Mercosur o de libre mercado como Alianza del Pacifico. Es una triste historia de integración dada la potencialidad que la región representa.
Conclusión
Una nueva etapa con rasgos nacionalistas comienza en Occidente, no seré original al definirla como de gran incertidumbre, lo que más lamento es que los escasos avances de integración mundial y regional de las últimas décadas se paralicen por no haber logrado plasmarse en mayores beneficios para los ciudadanos del mundo, como alguna vez se autodefinió Diógenes.
Quizás una nueva generación de líderes se esté forjando para poder hacer realidad esa integración pero acompañada de mayor justicia social, porque de lo contrario no sirve más que para beneficiar a unos pocos privilegiados. Espero que hayamos aprendido la lección por la oportunidad perdida y también espero que este nuevo avance nacionalista sea moderado y no produzca los daños del pasado, finalmente, todo dependerá de las decisiones futuras de los pueblos… una vez más.
Se reciben comentarios en contacto@proyectarnacion.com.ar
[1] http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38686792
[2] http://internacional.elpais.com/internacional/2017/01/20/actualidad/1484931058_482553.html
[3] http://www.lanacion.com.ar/1976811-brexit-reino-unido-doce-pasos-theresa-may
[4] https://www.oxfam.org/es/informes/una-economia-para-el-99
[5] http://www.proyectarnacion.com.ar/la-politica-se-rinde-ante-el-capital/