¿QUÉ PASÓ (Y ESTÁ PASANDO) EN BRASIL? “FOR DUMMIES”

Dilma
Dilma y el Impeachment – Autor: Blessed Arrow – Septiembre 2016 – Proyectar Nación

¿QUÉ PASÓ (Y ESTÁ PASANDO) EN BRASIL? “FOR DUMMIES”

Proyectar Nación

Lic. Macarena Acosta


Para entender la situación actual en Brasil hace falta remontarnos un poco al pasado y tener en cuenta que la política en Brasil no funciona exactamente igual que en Argentina. Por ejemplo, y como dato a tener en cuenta, en las elecciones de Brasil no es necesario que el candidato a Presidente y el candidato a Vice sean del mismo partido, y así es como tenían una Presidente, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) y un Vicepresidente, Michel Temer, que además es Presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el más grande del país.

El 12 de Mayo de este año, el Senado votó a favor de un proceso de impeachment (que significa “impedimento”, o básicamente, destitución) contra Dilma Rousseff. El cargo que se le adjudicaba es conocido en Brasil como “pedaladas fiscais” (“pedaleo fiscal” en español) y se trata de que el gobierno retrase los pagos a bancos y entidades financieras para poder financiar programas sociales, a la vez que engaña al mercado financiero a creer que el gobierno tiene gastos menores. De esta manera el gobierno aumenta el superávit e impide un déficit (cuando los gastos superan los ingresos) y al mismo tiempo se endeuda más con bancos y entidades financieras. En ese momento, se discutía si el pedaleo fiscal debía ser considerado un crimen de responsabilidad fiscal o si era una práctica legal.

Se inició el proceso de impeachment a Dilma, por lo cual fue apartada del cargo por 180 días hasta el veredicto, lapso durante el cual el Vicepresidente Temer tomó el cargo de Presidente interino. Apenas dos días después de apartada Dilma, una votación en el Congreso  volvió legal la práctica del pedaleo fiscal, por lo cual ya empezó a ser difícil no pensar en que todo era una maniobra para destituir a Rousseff.

Pero, ¿una maniobra de quién?

Del PMDB, con Michel Temer a la cabeza. El PMDB es, como ya se ha dicho, el partido más grande de Brasil. Esto significa que es casi imposible legislar si no se lo tiene de su lado, razón por la cual el PT acordó incluir a Temer como vicepresidente de Rousseff en primer lugar.

Por otra parte, Rousseff es la única política actual en el gobierno en no estar, ni haber estado nunca, acusada de enriquecimiento ilícito, ni de ofrecer o recibir coimas o sobornos. Esta actitud le ganó la confianza de los brasileros que la hizo ser reelecta para un segundo término en 2014 (más allá de que su popularidad fuera en bajada desde entonces), pero también le ganó el aislamiento del resto del gabinete. Ya anteriormente se habían filtrado varios audios privados en los que queda de manifiesto que se planeaba una manera de “sacarla del camino” para detener la investigación de la Operación Lava Jato (la investigación por corrupción y lavado de dinero más importante de la historia de Brasil, en la cual estaban involucrados 47 políticos: 32 del PP, 7 del PMDB, 6 del PT, 1 del PSDB y 1 del PTB).

Al respecto del cargo en su contra, Dilma Rousseff dijo ser inocente desde el primer momento, declarando que era todo una conspiración en su contra. Aun así, sea porque no le creyeron o por otras razones, Dilma perdió el apoyo popular.

El pedaleo fiscal era una práctica muy común que ya se había llevado a cabo tanto durante el gobierno de Lula da Silva, como en el de Fernando Henrique Cardoso, y más allá de que se confirmó que el gobierno de Dilma había incurrido en pedaleos fiscales, no hay ninguna prueba de que ella haya estado involucrada personalmente. La teoría de que esto podría tratarse de una conspiración contra Dilma cobró fuerza cuando, antes del veredicto del impeachment, se filtró el discurso que Temer había preparado para cuando finalmente destituyeran a Rousseff y lo nombraran a él Presidente.

Aprovada a admissibilidade de processo de impeachment contra Dilma Rousseff por 55 votos a 22. Foto: Beto Barata/Agência Senado
Aprovada a admissibilidade de processo de impeachment contra Dilma Rousseff por 55 votos a 22.
Foto: Beto Barata/Agência Senado – 12 de mayo de 2016

Finalmente, el 31 de Agosto, esto finalmente pasó. Rousseff fue destituida y Temer fue nombrado Presidente de Brasil, cargo que deberá ocupar hasta finalizar el mandato original de Rousseff, es decir, 2018.

¿Y ahora?

La situación política actual en Brasil es complicada. Por un lado, Temer es altamente impopular, mayoritariamente porque ya eliminó varios Ministerios (entre ellos el Ministerio para la Equidad Racial, el de los Derechos de las Mujeres y el de Cultura), porque planea eliminar las Universidades gratuitas y los Hospitales públicos, y modificar las leyes de jubilación y derecho de los trabajadores, todo en nombre de disminuir el gasto público. Y siendo que tiene a la mayoría del Senado de su lado, es completamente capaz de hacerlo. Por otro lado, la popularidad de Dilma también iba en bajada al momento de su acusación, y por otro, la población brasilera se encuentra dividida en dos con respecto a si el impeachment a Rousseff debería considerarse golpe de Estado o no. Por un lado, la razón de la acusación es válida, lo que valida el resto del proceso aunque el resultado sea desagradable, y por el otro, la acusación sólo fue válida porque así le convenía a Temer (teniendo en cuenta que el pedaleo fiscal se volvió legal 48 hs después de iniciado el proceso contra Rousseff)

En la actualidad se realizan manifestaciones en contra de Temer, pero no hay mucho que los brasileros puedan hacer para luchar contra su destino. Podrían demandar que se realicen nuevas elecciones, y he aquí dos datos curiosos al respecto:

1) Generalmente en los impeachments, el político en cuestión es desplazado de su cargo y además pierde sus derechos políticos, es decir que no puede ser candidato a ningún cargo por un plazo de ocho años. En el caso de Dilma, el voto se dividió en dos, votándose entonces Sí al desplazamiento pero No a la pérdida de derechos políticos (“porque en realidad es inocente”, admitieron varios senadores a la prensa. ¿Entonces por qué la nombraron culpable ellos mismos?)

2) En Brasil existe una ley conocida como “Ley de Antecedentes Limpios” según la cual un político encontrado culpable de corrupción no puede ser electo para ningún cargo por un plazo de ocho años. Si el político en cuestión ya se encuentra ejerciendo un cargo, debe terminar el mandato, es decir no se lo destituye. Temer cae dentro de esta categoría. Ya era Vice cuando se lo encontró culpable, por lo que pudo asumir como Presidente.

Estos dos datos curiosos dan como resultado un tercero, que es que si se fueran a celebrar elecciones, la recientemente destituida ex-Presidente podría ser candidata, pero el actual Presidente no.