LA INTELIGENCIA COMO INTERÉS NACIONAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA: CIENCIA, TECNOLOGÍA Y ESPACIO.

Una aproximación preliminar hacia la inteligencia científico-tecnológica y geoespacial. Por qué conocerlas y cuál es su importancia para los intereses vitales de la Nación y su posicionamiento en la geopolítica mundial.

Mag. Agostina Salman

Recientemente, a través de una noticia internacional, pensé en la importancia de acercar con palabras de fácil entendimiento temáticas cada vez más prioritarias, de las cuales parecemos estar cada día más lejos. La educación atraviesa una profunda necesidad de transformación, donde los parámetros del siglo anterior quedan obsoletos, mientras se intenta dar lo mejor con recursos limitados e iguales discusiones. La noticia cita al Director del MI5, el servicio de inteligencia del Reino Unido, quien alertó sobre los riesgos que afrontan las áreas de investigación británicas: las universidades. La información fue amenazada y vulnerada, por lo que se considera al Estado en peligro. Probablemente, muchas de esas investigaciones tengan que ver con infraestructuras críticas (indispensables para el funcionamiento de los servicios esenciales, como la luz y el gas), o los minerales críticos (materias primas necesarias para generar energía renovable y producir tecnología). Éstas últimas, a su vez, cuentan con su propio centro de inteligencia en Reino Unido. El interrogante, aquí, es cómo se le da importancia a esto y se lo delimita como un interés nacional ante el escenario internacional. La primera respuesta es: a través de la comunicación pública. A través de la educación, el acceso a la información y principalmente, el conocimiento. ¿Qué es la inteligencia, cuales son “las nuevas ciencias y tecnologías” y por qué debería importarnos a nosotros también? Iremos por partes.

Imagen ilustrativa «Inteligencia Científico-Tecnológica»

En primer lugar, debemos preguntarnos si conocemos el significado de la inteligencia. Meses atrás estuvo en boca de muchos, no por su valor sino por el financiamiento del organismo competente. La inteligencia es la capacidad de resolver problemas que atentan a la seguridad del país y sus habitantes; es pensar, planear, comprender y aprender. Es prevención; es información procesada para dar certezas. La inteligencia es una de las principales herramientas, tanto para el Estado como para el ámbito privado, para la toma de decisiones. Visiblemente, asistimos a un escenario global de interconectividad digital. Esto amerita una red global de inteligencia distribuida que contrarreste la falta de neutralidad, de privacidad y de seguridad de la información, a la vez que aumentan los ciberataques y la ciberdelincuencia, poniendo en jaque la seguridad y estabilidad de un país y sus habitantes en cuestión de segundos.

La inteligencia es necesaria y su intención es estratégica: en función del interés, del objeto y su valor. Podemos decir que en aquellos objetivos o intereses prevalecen los valores básicos de la sociedad argentina, especialmente la preservación y fortalecimiento de la democracia, los derechos y libertades fundamentales y el bienestar de la población. Los intereses vitales de la Nación son aquellos que afectan sensiblemente a la Nación misma y a su población, adquiriendo, por lo tanto, un alto grado de inmutabilidad. Están establecidos por el Congreso a través de la Ley de Defensa Nacional. Estos son: la soberanía e independencia de la Nación Argentina, su integridad territorial, su capacidad de autodeterminación, la protección de la vida y la libertad de sus habitantes. Como intereses estratégicos, podemos definir a los que, de una manera u otra, inciden en el logro de los intereses nacionales. Si bien tienen carácter de fines, su menor prelación respecto a los intereses vitales -a los cuales contribuyen- los hace menos permanentes que aquellos, al tener una mayor asociación con las características variables que presente el escenario estratégico y el desarrollo de las relaciones internacionales del país. Constituyen, sin embargo, cuestiones de elevada importancia nacional, respecto de los cuales el Sistema de Defensa no debe ser indiferente y debe encontrarse en capacidad potencial de contribuir de diversos modos a su mejor logro, dentro del marco legal vigente y según lo requieran las autoridades constituidas. En éstos se incluyen la paz y seguridad internacionales, las restricciones de armas de destrucción masiva, la integración y seguridad regionales, el crecimiento económico-social y científico-tecnológico, la preservación de la Nación frente a la amenaza del narcotráfico y el terrorismo internacionales, la preservación de los recursos naturales y del medio ambiente, los espacios marítimos, insulares y fluviales de interés, la preservación del posicionamiento argentino en el Sistema Antártico y la cuestión Malvinas, entre otros.

A sabiendas de esto, enmarcaremos la inteligencia digital. Existe un espacio de interés de inteligencia para el Estado. En él reviste interés tanto del decisor como de otros actores, nacionales o extranjeros. La inteligencia digital opera en ese espacio brindando seguridad y protección. La inteligencia geoespacial (GEOINT) es una herramienta utilizada para fines pacíficos y para fines no pacíficos, pero a fin de cuentas persiguen objetivos e intereses de quien la ejecuta. Por ejemplo, la GEOINT aplicada a la protección y conservación del medio ambiente y los recursos naturales resulta un tema más que interesante para el Estado. Existe un hilo conductor que mueve al mundo de las relaciones internacionales, una amenaza a la seguridad internacional y a la paz mundial que probablemente sea la más vieja o predecible, aunque encabece la agenda de la mayoría de los Estados hace relativamente poco. Las consecuencias del cambio climático ya no son un mero titular en las reuniones de los organismos internacionales sobre el futuro cercano, sino que son nuestro día a día, en todas partes del mundo. Sin la posibilidad de revertir lo hecho o no hecho, los Estados se encuentran ante el dilema de qué poder hacer para apaciguar los daños o sobrellevar esas consecuencias, asistiendo a la carrera tecnológica hacia una transición energética que, a su vez, necesita de los recursos naturales estratégicos. Una transición que marca la geopolítica mundial actual, hipercompleja y con múltiples actores de poder y formas de ejercerlo.

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El uso de la GEOINT puede ayudar al Estado Nacional a paliar los incendios (así como a cuidar el agua). Un ejemplo de ello es la empresa española Vexiza, especializada en GIS (Sistema de Información Geográfica), que ha desarrollado una aplicación que permite detectar incendios de forma instantánea, a través de los sistemas de video vigilancia forestal inteligente. Las actividades agrícolas y forestales, en Argentina y en cualquier parte del mundo, generan un gran número de residuos vegetales que deben ser gestionados de manera segura y eficiente. Entre las opciones disponibles, las quemas se destacan como uno de los métodos más comunes para su eliminación. Esta actividad requería hasta ahora de un complejo procedimiento administrativo y de seguridad, al tratarse de una actividad potencialmente peligrosa para el medio ambiente que requiere de un análisis técnico previo. Vexiza desarrolló una solución web que digitaliza todas las etapas de este trámite y alerta el estado y el riesgo de cada parte del proceso, a continua disposición de los agricultores y del Gobierno (o del organismo estatal competente). Una primera reflexión que viene a la mente es como una empresa privada desarrolla este tipo de inteligencia para uso estatal. Podríamos redoblar la apuesta y pensar como la empresa monta dicha tecnología. Más allá del financiamiento, que puede venir del sector privado en su totalidad, necesita un Estado al lado que permita o facilite su desarrollo y brinde recursos humanos. Capacitación, educación, investigación y ciencia al alcance de los ciudadanos. La inteligencia artificial es una solución tecnológica más, el ser humano trasladó sólo una parte de lo que sabe en su creación. Seguimos y seguiremos necesitando humanos.

Saber es poder. Conocer nuestros recursos nos da la chance de mitigar y no evitar. De negociar de una forma en la que todos ganemos. Sumaremos entonces otro concepto: las tierras raras. Los especialistas coinciden en que las tierras raras son los elementos más codiciados del siglo XXI. Sirven para producir turbinas eólicas y coches eléctricos, son esenciales para la fabricación de productos de alta tecnología y también para las energías renovables. También se utilizan en medicina, en tratamientos para el cáncer de próstata y de huesos. «A pesar de su nombre no son raros, se les llama así porque no se encuentran en altas concentraciones en la naturaleza, en comparación con otros elementos o compuestos, como la pirita o el oro», explica Juan Diego Rodríguez-Blanco, profesor de nanomineralogía en el Trinity College de Dublín. No se encuentran puros en la naturaleza, por lo que su proceso de obtención y posterior tratamiento es complejo y costoso. Al no ser metales puros y no encontrarse en altas concentraciones en las rocas, son difíciles de separar. Para sorpresa de nadie, China y Estados Unidos encabezan la lista de líderes mundiales productores de tierras raras.

La 4° revolución industrialdeja a nuestro país en una posición vulnerable y al mismo tiempo estratégica. Vulnerable por las falencias y vacíos que atender, estratégica porque cuenta con cientos de valiosos recursos y un gran potencial para el desarrollo de infraestructura critica, como los cables submarinos de internet en la Costa Atlántica, o la tecnología estratégica nuclear y satelital (aunque con sus limitaciones). La comunicación cuántica, la nanotecnología, la inteligencia artificial, la geoingeniería, la biotecnología, los vehículos hipersónicos, la propulsión hibrida y la internet global son solo algunas de las ciencias que deben interesarnos. Una primera percepción de riesgo, que las convierte en tema de interés, es la noción de la tecnología como interés geopolítico competitivo entre todos los actores de poder, Estados o no, y es necesaria para la transición energética y la seguridad alimentaria, así como para la seguridad y defensa de cada país y la salud de sus habitantes. Sin ir más lejos, la inteligencia tecnológica fue incluida en la doctrina de seguridad exterior de los Estados Unidos de forma textual. ¿Cuánto debe importarle a Argentina? El conocimiento de estas ciencias protege nuestra soberanía. Da mayor capacidad de desarrollo y crecimiento a la población, colabora en su mejor calidad de vida futura y ofrece alternativas y liderazgo al Estado Nación. La ciencia es la herramienta que el ser humano ha creado tanto para comprender al mundo que lo rodea como para aplicar conocimiento en su beneficio. La ciencia permite avances y soluciones a los nuevos desafíos económicos, sociales y medioambientales, con los que efectivamente podemos construir un futuro sostenible.

¿Cuánto perderíamos sin talento, datos e inversión? El futuro, la capacidad de despliegue del país. A la vez que aumentarían los costos, porque deberíamos importar todo lo que hace a la tecnología científica, o los riesgos, por no tenerla. La tecnología puede definirse como el conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. Pero debe entenderse como una solución. Brasil es un Estado hermano, incluso el real (su moneda oficial) nació al mismo tiempo que el peso argentino.  ¿Por qué Brasil sí posiciona la investigación y el desarrollo (I+D) como un interés nacional, independientemente de quienes gobiernen? Porque un Estado debe estar en sintonía con los intereses estratégicos percibidos, entendiendo que el sector privado es quien genera el talento necesario, y persiguiendo un enfoque educativo que integre las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Sólo así prepararemos a la sociedad para los desafíos venideros con un enfoque práctico y basado en la resolución de problemas. Es materia de la elite política, entonces, abordar la hipercomplejidad del sistema internacional actual diverso, variable y volátil. Determinar también las áreas estratégicas, planificar a largo plazo, construir consensos y sinergias multisectoriales. Existe una relación que curar entre la ciencia y el común de las personas. Desde la comunidad científica debemos generar confianza en la ciencia, enaltecer la relación entre la inteligencia y la investigación académica y generar conocimiento en relaciones a los intereses y objetivos nacionales y a la seguridad internacional. El poder nacional no estará definido únicamente por sus tanques de guerra, sino por sus capacidades en ciencia y tecnología.

Bibliografía consultada:

Structured Analytic Techniques for Improving Intelligence Analysis – US Government, 2009

Inteligencia económica y seguridad nacional – Fernando Davara Rodríguez, 2013

The scientific-technological intelligence for development and the Latin American geoeconomic security. – Yoan Israel Viamonte Garrido, 2017

Políticas públicas em ciência, tecnologia e inovação: tendências regionais e espaços de convergencia – Romina Loray, 2017

El fraude en las publicaciones científicas: más allá de fabricar, falsificar y plagiar – Gloria Mercedes Días, 2016

The Structure of Scientific Revolutions: fifty years down the road – León Olivé, Revista Iberoamericana de Ciencia, 2013

Sistemas de Información Geográfica – Victoria Olaya, 2014

LAS MÚLTIPLES INTELIGENCIAS – María Amarís Macía, 2022

INTELIGENCIA DIGITAL: Introducción a la noosfera digital – José Antonio Cobeña Fernández, 2007

El jefe del MI5 advirtió que los espías rusos buscan “generar caos” en Europa – Infobae/NYThttps://www.infobae.com/america/the-new-york-times/2024/10/10/el-jefe-del-mi5-advirtio-que-los-espias-rusos-buscan-generar-caos-en-europa/

The people of MI5 work to keep the country safe https://www.mi5.gov.uk/

Libro Blanco de la Defensa Nacional Argentina https://www.resdal.org/

I+D Gobierno de Brasil https://www.apexbrasil.com.br/es/investigacion-y-desarrollo

Nanomineralogía, Trinity College Dublin https://www.tcd.ie/research/profiles/?profile=rodrigjd

VEXIZA: soluciones GIS, Data, Maps, Safety https://vexiza.com/

Fundación Argentina de Nanotecnología https://www.fan.org.ar/

Ley N° 23.554 de Defensa Nacional Argentina https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/20988/actualizacion

Ministerio Federal de Educación e Investigación https://www.bmbf.de/bmbf/en/ Doctrina de política exterior de los Estados Unidos https://diplomacy.state.gov/es/

CHIPRE: Su largo camino a la Unión Europea y su incierto futuro de reconciliación.

Lic. Mag. Agostina Salman – Proyectar Nación

A raíz de una entrevista realizada por alumnos de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, surgieron estos 5 puntos claves para entender la situación actual y prospectiva de Chipre.

La adhesión de la República de Chipre a la Unión Europea fue un proceso largo y complejo, con varios factores históricos y político-económicos a considerar.

En primer lugar, desde 1974, Chipre está dividida entre la parte sur, controlada por la República de Chipre, con reconocimiento internacional, y la parte norte, controlada por la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre, reconocida solo por Turquía. Esta división y el conflicto entre las dos comunidades fueron un obstáculo significativo para la adhesión de la isla a la Unión Europea.

En segundo lugar, resulta pertinente recordar que la Unión Europea esperaba ver progresos hacia la reunificación de la isla antes de aceptar a Chipre como miembro. Sin embargo, los intentos de reunificar la isla, como el Plan Annan de Naciones Unida, diseñado por el ex Secretario General, Kofi Annan en el año 2004; no tuvieron éxito debido a la falta de acuerdo entre las partes involucradas.

En tercer lugar, Chipre como cualquier otro país que busque ingresar a la Unión, tuvo que cumplir con los criterios económicos y políticos establecidos, conocidos como los Criterios de Copenhague. Esto incluyó reformas en su economía, en su gobernanza y en su sistema judicial, para alinearse con los estándares europeos. Por otro lado está el proceso de adhesión a la Unión Europea en su sentido más burocrático, es decir los tiempos que demanda el aspecto administrativo; las extensas negociaciones y la implementación de las reformas.

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