Violencia de género: ¿Es posible denunciar la sistematización del patriarcado vía redes sociales?
Proyectar Nación
Por Ildefonso Correas Apelanz (M.S./M.A.)
A las 17 horas del miércoles 3 de junio, frente al Congreso de la Nación, se congregaron un sinnúmero de personas para manifestarse en repudio a la violencia de género. La marcha exhortó al total de la sociedad, pero apuntó en particular a la clase política, en demanda de cinco grandes temas, referentes de la movilización. Conozcámoslos:
1) «Pedimos la implementación del Plan Nacional de Acción para la Prevención Asistencia y erradicación de la violencia contra las mujeres que está en la Ley 26.485. Pedimos que se cumpla integralmente, que haya monitoreo y presupuesto para todo lo que se hace».
2) «Pedimos que se garantice el acceso a la Justicia a las víctimas (que problemática es esta palabra); que haya patrocinio jurídico; que no se las re-victimice; que las causas que tramitan en el fuero civil y penal se unan para que sea todo más ágil».
3) «Entendemos que es fundamental que existan estadísticas oficiales sobre femicidios ya que hasta ahora sólo contamos con los números que aporta la Casa del Encuentro que es una asociación civil. Dentro del Estado debe haber un Registro Oficial único, para que las políticas públicas se piensen desde esa dimensión».
4) «Queremos que se garantice la Educación Sexual Integral en todos los niveles ya que existe una ley desde el año 2006 que apunta a que en todas las escuelas del país y en todos los niveles (público y privado) se den estos contenidos. El cambio más profundo es el cultural, es romper con la lógica patriarcal, entonces la educación es fundamental».
5) «Y por último, creemos que las víctimas tienen que estar protegidas porque es muy difícil para una mujer que vive una situación de violencia denunciar. Cuando se anima, activa una investigación contra el hombre golpeador o quien la amenazó y la Justicia tiene que monitorear que se cumplan las medidas que se disponen en el marco de las causas».
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La Ley 26.485, de Protección Integral a las Mujeres, fue sancionada el 11 de marzo de 2009 y promulgada el 1 de abril de ese mismo año. Lo que debemos recordar es, por un lado, que la ley fue promulgada durante el gobierno de la Presidenta Cristina Kirchner, y por otro, que la manifestación solicita la implementación del Plan Nacional de Acción para la Prevención Asistencia y erradicación de la violencia contra las mujeres. Este plan queda instituido en el artículo 9 de la ley, que por medio de su inciso (a) obliga al organismo competente, Consejo Nacional de la Mujer a “Elaborar, implementar y monitorear un Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres”. Este Plan no se ha materializado aún, más allá de las selfis y los cartelitos de los políticos de turno, incluidos la Presidenta de la Nación Argentina mediante mensajes y fotos en sus canales de las redes sociales. La implementación de este Plan Nacional debe considerar evaluar los objetivos propuestos y ajustar los mismos por medio de dichas evaluaciones para eliminar la violencia de género en Argentina. La ley también establece, por medio del mismo articulo, la creación del Registro Nacional de violencia y femicidios, que todavía no esta en funcionamiento. Según informa Mabel Bianco en su publicación de Clarín en el día de la fecha que en “septiembre se cumplirán tres años de la firma del convenio entre el Consejo Nacional de las Mujeres -CNM- y el INDEC, para concretar ese Registro. Se lo anunció profusamente, porque lo firmó la ministra Alicia Kirchner, lamentablemente aun no se elaboró ni siquiera la metodología para la recolección de datos” (2015).
Otro punto en discordia es la implementación en general de los 22 incisos (a-u) del artículo 9 ya que el Consejo Nacional de la Mujer no esta funcionando acorde con la ley y por ende “cada provincia hace lo que cree y puede” (Bianco Clarín, 3/6/2015). Los artículos 9 y 11 impulsan al organismo competente, el Consejo Nacional de la Mujer, a desarrollar campañas para concientizar, sensibilizar, y difundir esta problemática. El hecho que esta marcha, esta concentración ha sido necesaria y no ha contando de ninguna manera con el Consejo como ente de canalización de reclamos y liderazgo en el tema, no hace más que poner en evidencia lo vital y necesario de este reclamo en su conjunto. Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (Feim), denuncia la falta de un presupuesto adecuado para llevar a cabo la carga legal que emana de la ley. Lo más lamentable es enterarnos que el “El acceso a la justicia y el asesoramiento legal gratuito a las mujeres es clave… porque no todas [las mujeres] tienen los recursos para financiar los costos” las ayudas financieras no se trasladan a las mujeres demandantes y menos aún se presta la asistencia adecuada a las mujeres para “que lleguen [acompañadas,] preparadas y asesoradas… Como no se hace tienen riesgos, por eso muchas de las asesinadas habían hecho denuncias pero nunca recibieron apoyo” (Bianco Clarín, 3/6/2015).
La violencia de género esta débilmente reglamentada y aún hoy se observan los mismos inconvenientes que la ley esta supuesta a desmantelar. Por ejemplo, podemos citar las la actitud de los agentes de policía frente a las denuncias, la falta de personal capacitado para entender la crisis, evaluar los riesgos y conciliar posibles cursos de acción para evitar el asesinato de la mujer denunciante como primera medida y salvaguardar a sus hij@s; proveer la información necesaria a la mujer sobre el proceso del antes y después de la denuncia; bridar el apoyo necesario y adecuado por medio de redes de apoyo y contención para la mujer y sus hij@s; la implementación de medidas nacionales de difusión, concientización y educación para impedir que este ciclo de violencias se reproduzca; políticas de educación publica y privada para educar y co-educar a niños y niñas así como a sus Adres y otr@s familiares; la falta de un proyecto que no dependa de políticos de turno, listo para operar cuando la foto y las redes sociales lo permitan y aparecen con un cartelito sin sentido y lleno de mensajes vacíos.
Me pregunto, escuchando la radio argentina y leyendo la enorme cantidad de notas -mayoría de ellas muy poco serias y más bien sensacionalistas-, como todo esta sensación de estar conectados confiere a la seriedad de este tema, el espacio apropiado para la conversación abierta y franca frente a las causas reales de la violencia de género. Encontré entre el tumulto las declaraciones del polémico ex-juez de la Corte Suprema, Raul E. Zaffaroni, quien mencionó la necesidad de un cambio cultural y hasta llegó a usar la palabra “patriarcado”. Elizabeth Vernaci manifestó ayer, en su programa de radio, lo siguiente: “me dio muchísima… no sé si bronca o tristeza, pero sentí que los medios ayudan y a veces no ayudan tanto. Vi mucha gente, y algunas puedo asegurar con conocimiento absoluto de causa, que son golpeadores, y a ellos los vi ayer hablando en los medios sobre la violencia de género y de verdad daba ganas de llamar al canal y decirle: Perdón, ¿vos sabés que tenés a una persona que golpea, que está hablando de esto y es un golpeador de toda su vida y ha golpeado a todas las minas que tuvo alrededor…?” Sus palabras me hicieron eco durante el día. Más aún, me cuestione como ella si esto es realmente efectivo “…porque es políticamente correcto hablar de #NiUnaMenos y llevan todos el cartelito… A mí cuando me lo pidieron me molestó tanto el tema de los famosos llevando carteles que debieran estar del otro lado. La palabra es perverso” argumentó Vernaci. Así es que la seriedad que merece un tema como este, realmente queda frivolizado el mismo con los gestos que los famosos como Lionel Messi que con foto producida vía photoshop hace llegar su mensaje… Entre otros aparecen Natalia Oreiro, Abel Pintos, Susana Giménez, Luisana Lopilato, Calu Rivero, Marcelo Tinelli, por nombrar solo algunos… sin mencionar l@s argentin@s de Miami que contribuyeron aún más a esta masiva obscenidad de las redes sociales donde lo urgente se vuelve circo de lo mediático y pondera lo circunstancial por sobre lo trascendental. Mañana cuando el frente del Congreso este limpio de carteles y fotitos y Messi vuelva a tocar la pelota y l@s argentin@s de Miami vuelvan a las playa del privilegio, las mujeres, que han sido golpeadas, continuarán desprotegidas por la sociedad y el gobierno. En definitiva, por tod@s.
Sin embargo, mucho peor aún, es el caso de los políticos. Primero, es inevitable hablar de la perversa hipocresía de la Presidenta de la Nación, que usando las redes sociales se hace presente en un acto del cual no es, ni puede ser parte. Cristina Kirchner es, inevitablemente, parte del problema dado que el Consejo Nacional de la Mujer esta dentro del poder ejecutivo que ella misma preside. Más aún, la implementación total de la ley también lo esta y por lo tanto la falta de estas medidas, sustancialmente lo que se reclama, están dentro de su alcance político. Lamentablemente, pocos han denunciado este contradicción. En definitiva ella es tan parte de la “cultura devastadora de lo femenino” que aduce denunciar.
Del circo mediático que esta causa generado señalare dos personajes más. Por un lado esta el caso de Ariel Sujarchuk, que a pesar de subir su cartelito en foto, tiene denuncias por violencia de género. Y por otro lado, esta el discurso hegemónico patriarcal que quiero desmantelar de manera tal de poner en evidencia que los cartelitos en Facebook, Instagram, Twitter, y las muchas fotos y artículos en los diarios son vacíos y poco serios.
Daniel Scioli es mi más claro ejemplo del discurso patriarcal. Según informa La Nacion del Miércoles 03 de junio de 2015 (18:15 pm hora Arg), Scioli manifestó que “las mujeres tienen el derecho de vivir y progresar en sociedades y hogares libres de violencia”. Tambien dijo que “Ninguna mujer elige ser maltratada, no es un problema del ámbito privado, la violencia de género es una violación con respecto a los derechos humanos. Y por ultimo, agrego que “Cuando se ataca a la mujer, se ataca al corazón de la familia”.
Empecemos por definir el sistema patriarcal: ¿qué es el patriarcado?¿qué significa vivir en una sociedad cuyos valores morales están relacionados con un discurso hegemónico y dogmático? Para acordar algunas posibles respuestas, me remitiré al concepto que propone Amparo Moreno Sarda (2008) en su libro “De que hablamos cuando hablamos del hombre”. En su estudio, Sarda (2008) define al patriarcado como una organización donde ciertos hombres adultos “dominan hegemónicamente más territorio del que necesitan para sobrevivir” (73) y desde dicho dominio territorial se produce “la división social arquetipa, primordial, que se del sexo–la edad– el origen patrilocal (73) delimitando desde el centro hacia la periferia los espacios de importancia mediante un sistema jerárquico basado en la virilidad, la fuerza, así como también la violencia. Ciertamente, la hegemonía patriarcal es “la implantación del hombre adulto con voluntad expansiva” (77-78) que posiciona a la mujer como instrumento –necesario desde lo genérico, esa mujer, cualquiera de esas, pero ciertamente prescindible desde lo individual– que asista al hombre en su expansión. Este discurso hegemónico y absolutamente naturalizado como un dogma incontestable forma las bases societarias y de relaciones por medio de las cuales, los espacios públicos y privados se han dividido y clasificado jerárquicamente. El espacio público, las superficies a conquistar, las áreas de producción, las esferas activas quedan orbitadas por hombres con determinadas características mientras que el hogar, lo privado, la familia y l@s hij@s se constituyen como espacios que delimitan y limitan a la mujer y se consideran pasivos. Ambos territorios son patrimonios del hombre ya que cumplen diferentes funciones: control, conquista, continuidad.
Si revisamos las tres frases de Scioli marcadas en negrita, su discurso, aparentemente legítimo y notablemente noble esta vinculado con este sistema patriarcal que controla o atina a control a las mujeres a un determinado espacio donde se les reduce a desde todas las maneras posibles y cuando las mujeres ya no pueden ser controladas, se las mata. Desde ya que Daniel Scioli no es el ejemplo sino un ejemplo que tipifica mi punto. Es claro que si este sistema hegemónico y androcéntrico no existiera, entonces el voto de la mujer se hubiera incluído, no se hubiera asesinado a tantas mujeres que lucharon políticamente como fue el caso de Lantieri, y más aún, las mujeres podrían ser contratadas para jugar en el fútbol profesional.
Las divisiones producidas por medio del sistema patriarcal y que continúan operando, no se detienen con las fotos y los cartelitos de políticos y famosos buscando un punto más de rating o un voto más. Desde ya que esto ha generado cierta promoción del tema, pero es inevitable la pregunta: ¿generó consciencia? ¿cómo se genera la consciencia social? ¿cómo se desarrolla la concientización del lugar que uno ocupa y del que desea ocupar? Freire, Moreno Sarda, Anzaldúa, y yo –junto a muchos otros– creemos que la educación formal impartida desde las escuelas en todos niveles y grados debe ser generadora de conciencia. La naturalidad con que se da a los chicos una pelota y a las chicas el vóley o la gimnasia deportiva en la educación física de los establecimientos educativos conforma un ejemplo amplio y claro de los espacios reduccionistas y sexistas que las instituciones nacionales gobiernan sin necesidad de gobernar, a menos que sea para implementar políticas modificadoras.
Hoy hay chic@s, que como yo cuando estaba en la primaria, presencian hechos de violencia de género. En muchos casos sus padres han asesinado a sus madres. Más aún hay quienes deben vivir con el asesino. Yo recuerdo lo que era ese momento de calma y zozobra, ese momento lleno de miedo, y los gritos, los llantos, las llamadas por teléfonos o dormir esa noche en el auto y esperara la madrugada, la mañana del después. El miedo, cuando se es chico se transforma en un sentimiento enorme, es como un cuarto oscuro cuya peor ambivalencia es ser enorme y claustrofóbico.
Visitar al asesino, convivir con él… Hay chic@s que hoy pasan por esas circunstancias y que más que el cartelito y la selfi en Facebook lo que necesitan es un cambio profundo en la forma que ambos hombres y mujeres educamos a nuestr@s hij@s. Es una acción extrema y decidida para implementar en su totalidad la ley y analizar los espacios legales que permiten a jueces dejar en libertad a los violadores de menores menospreciando aquellos que no se adecuan al molde normativo del hombre heterosexual.
Cuando hoy la veo a mi vieja, no veo a una víctima, veo a una persona que sufrió una situación injusta, desagradable y totalmente nefasta. Pero se mantuvo activa a pesar de los años que pasaron hasta que pudo irse y en el traslado llevarnos a la posibilidad de una vida sin violencia. Es importante repetir una y otra vez las variadas aristas que conforman la violencia de género y que no se circunscriben solamente a la violencia física.
Es violencia de género cuando las mujeres de diferentes edades quieren jugar al fútbol y no pueden porque los hombres limitan y delimitan los espacios de acuerdo a un modelo de virilidad que las deja afuera de manera constante: el fútbol es un mandato de hombres, dice la consigna de los matones que tiran desde botellas hasta bombas de pimienta. Gracias a esos hombres por el destrozo que han hecho en el fútbol a nivel nacional e internacional. Es violencia de género cuando las mujeres de todas las edades se quedan en la casa planchando, haciendo las camas, cocinando, ayudando al hermanit@ menor y los otros, los hombres, hacen lo que quieren… Eso también es violencia de género.
Mi mirada crítica sobre la sociedad argentina, esta acidez que me producen los discursos vacíos y las fotos mediáticas, nace de la necesidad de generar un proceso concientizador, pero con la seriedad que este tema reviste. La crítica es necesaria para poder deshilvanar los puntos que parecen tejer algo que no es, pero más aún, cuando la experiencia personal –y como la mía imagino que much@s más– interpela de cerca. Me adhiero simbólicamente a la marcha, pero me adhiero mucho más profundamente al trabajo de María Elena Leuzzi, presidenta de AVIVI, quien no participó de la marcha porque entiende que el gesto es importante pero la acción es imprescindible y se desarrolla diariamente.
Esther Cross, en una nota del diario Clarín publicada ayer 3 de Junio, articuló una analogía que me parece importante mencionar. A raíz de las estadísticas suministradas por la asociación Casa del Encuentro, una mujer es asesinada cada 31 horas. En sus preguntas de reflexión sobre el tema, se cuestiona “¿qué hacer para salvar a las [mujeres] que vienen, y a las que ya no están de su muerte potenciada al infinito? ¿tendrían que sonar sirenas cada treinta y un horas?”. Haciendo eco de sus palabras, imaginemos que cada 31 hora sonaran campanadas en todas las iglesias; sirenas en los cuarteles de bomberos, comisarias, hospitales, bancos; alarmas en los teléfonos, relojes o en la radio y la televisión… “Pero así no se puede vivir, me dirán” escribe Cross. La respuesta es tan obvia como nefasta: “Contestaré que se trata justamente de eso” (Cross Clarín, 3/6/2015). ¿Hace falta agregar algo más?
Finalmente queda latente la respuesta al título de este ensayo: ¿es posible denunciar la sistematización del patriarcado vía las redes sociales?. En principio creo que existe la posibilidad de la denuncia escueta, pero la detención, enjuiciamiento y encarcelación parecen desafíos muy profundos para la instantaneidad con que se debaten los temas en los medios sociales y formales. Las tapas de los diarios del jueves tendrán este tema pero ¿cuanto más leeremos en una semana? Por una parte, el consumo de las causas en los medios sociales es alarmante y asfixia, y por una parte, el consumidor pierde noción de la seriedad de los temas porque los cambios son constantes y de permanencia efímera haciendo dificultoso reaccionar con la misma velocidad que el mundo digital opera. La concientización de la problemática social, como primer paso del cambio es solo un amague que nunca se materialicen. Para cuando vas a hacer algo, otro tema nos aborda y nos deja en suspenso, suspendidos en una amago de hacer que ya paso al archivo.
Presente en mi manifestación frente al Congreso están conmigo muchas mujeres que conozco: mi vieja y junto a todas ellas el trabajo que humildemente hago para desmantelar el patriarcado hegemónico que nos rodea. Se que no somos pocos, espero que los cartelitos y las selfis sirvan para que el diálogo no se silencie.
Como siempre el lector tiene la capacidad inmensa de no estar de acuerdo parcial o totalmente conmigo y por lo tanto quedo como siempre a la espera de ese email a icapelanz@gmail.com para escucharlo (leerlo) atentamente y debatir, con compromiso y a consciencia.
Ildefonso Correas Apelanz.-